Nuria Chinchilla en ‘El Debate’

Mar 13, 2023 | Noticias

El modo de avanzar debe ser la meritocracia, nunca la obligación impuesta desde el poder legislativo

Sin la ley, ya hoy el 40 % de los sillones de los consejos del Ibex 35 están ocupados por mujeres en más de la mitad de las empresas y en el 33 % en el conjunto de las compañías pertenecientes al Mercado Continuo. Así lo recoge el Informe Mujeres en el Ibex y en el Mercado Continuo que elaboran Atrevia y el IESE.

La profesora del IESE y codirectora de este informe Nuria Chinchilla afirma que el modo de avanzar en este terreno debe ser la meritocracia, nunca la obligación impuesta desde el poder legislativo: «Soy más partidaria de un crecimiento orgánico como el que hemos tenido en los últimos años que de una cuota obligatoria que revolucione el ritmo ascendente que va normalizando el liderazgo de mujeres y hombres en las cúpulas de las organizaciones. Ya existe en la actualidad una recomendación (la número 15) de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) en la que dice sería bueno tener un número equilibrado del sexo menos representado en los consejos de administración. Y si no se tiene, se debe explicar el porqué, lo cual lleva a una reflexión sobre la realidad y a decidir lo mejor para esa empresa dentro de las alternativas factibles».

Permite que alguien pueda explicar por qué incumple que haya más hombres o mujeres en ese consejo, y mostrar por qué es razonable que sea así. Por el contrario, si se lleva a cabo una Ley de Paridad, lo que habrá es una obligación de cumplir, sujeta a unas sanciones por incumplimiento, «y eso es contrarrevolucionario», sostiene. Lleva a buscar el modo de evitar cumplirlo, y de corregir la imposición en cuanto se pueda.

Chinchilla ha hablado en lugares como el Comité Antidiscriminación de la Mujer de la ONU de tres F importantes como criterios para la toma de decisiones que no hay que olvidar –tanto en la empresa como en la política– si se quiere aprovechar todo el talento y contar así con empresas competitivas y sociedades sostenibles: flexibilidad, feminidad y familia.

La flexibilidad se concreta, por ejemplo, en una dirección por objetivos, frente a una presencialidad que alarga los horarios y quita tiempo de dedicación a la familia. La feminidad es necesaria para poder enfocar los problemas con «ambos ojos» (masculino y femenino). La familia es necesaria tenerla en cuenta, porque sin familias unidas no hay sociedades maduras (las soft skills necesarias en el mercado laboral se aprenden en la convivencia familiar, indica). 

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