Se hace cada vez más evidente que: la vieja visión del trabajador “ideal”, que da el 100% a sus empleadores sin dejar que la familia interfiera, ya no resulta tan ideal para las empresas del siglo XXI. De hecho, la investigación sugiere que el viejo modelo de devoción total al trabajo influye de forma negativa en el rendimiento. Es el momento de hablar de un nuevo trabajador ideal, capaz de lograr el equilibrio entre su vida laboral y personal y aportar más gracias a la conciliación de las diversas facetas de su vida.
Los editores de The New Ideal Worker: Organizations Between Work-Life Balance, Gender and Leadership, las profesoras del IESE Mireia Las Heras y Nuria Chinchilla junto con Marc Grau, aglutinan en este trabajo distintas investigaciones sobre la conciliación personal y profesional, así como el género y el liderazgo. Los artículos académicos reunidos en este libro se presentaron en la séptima International Conference of Work & Family, así como en la primera International Conference of Women, ambas organizadas por el International Center of Work and Family del IESE y apoyadas por su Cátedra Carmina Roca, dirigida por Nuria Chinchilla y Rafael Pich-Aguilera de Mujer y Liderazgo.
Del trabajador “ideal” al trabajador real
En el pasado, algunos podían definir al trabajador ideal como un hombre blanco que iniciaba su etapa profesional en la primera juventud (entre los 20 y los 30 años) y continuaba sin interrupciones durante 40 años (la mayoría de las veces en la misma empresa). Priorizaba el trabajo sobre la familia, cuyo cuidado recaía en otra persona (la esposa). Su estatus era mayor cuanto más grande era el tamaño de la oficina y cuantos más viajes hacía.
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