El diario El Mundo dedica una interesante entrevista a la presidenta de la Fundación CEOE, exministra de Trabajo y socia de IWF Spain, Fátima Báñez, en la que habla sobre la situación actual, cómo afecta a las empresas y a la sociedad, y el ritmo de vacunación de nuestro país.
Sobre la Fundación CEOE y sus objetivos Báñez destaca que “la Fundación trabaja a través de proyectos para que nadie se quede atrás. Hace labor social y también de anticipación a las transformaciones que vivimos, para que seamos capaces de transitar hacia la nueva economía digital, hacia lo sostenible y también a los nuevos retos que tenemos todos como sociedad”, y en relación a las acciones que llevan a cabo desde la fundación explica que “hemos atendido las necesidades de alimento, mascarillas, geles hidroalcohólicos, conectividad, tablets, ordenadores… lo hacemos porque somos muy conscientes de que aunque haya mucha buena voluntad por parte de los diferentes gobiernos, en la atención de una crisis como ésta se necesita a la sociedad civil para llegar hasta el último rincón”.
La vacunación contra el coronavirus es algo que preocupa a la sociedad en general, Báñez habla sobre la viabilidad de vacunar al 70% de la población antes de verano y señala que “el Gobierno está trabajando en ese horizonte. Aquí hay dos temas determinantes. Lo primero es la llegada de las vacunas, que no es una decisión nacional. Y que las empresas cumplan con los compromisos. Y en segundo lugar, la capacidad de vacunación que tengamos disponible, no? Si sumamos toda la potencia pública al mundo empresarial y desde la sanidad privada, conseguiremos vacunar a mucha gente en el menor tiempo posible, que es de lo que se trata, porque cuanto menos tiempo le demos al virus para que mute, mejor”.
Respecto a cómo se debe enfocar la recuperación, Báñez afirma que “la recuperación llegará antes si se apoya a quienes crean riqueza y crean empleo en España, que son las empresas. Al inicio de la pandemia, las decisiones administrativas afectaron a la economía con un shock de oferta y demanda que quebró sectores esenciales. Hacía falta liquidez para esas empresas que tenían que parar su actividad por decisión administrativa. Pero ahora ya estamos ante un problema de solvencia; hay muchas empresas que llevan mucho tiempo cerradas y sectores enteros a los que las restricciones de movilidad, tanto nacionales como internacionales, les han hecho quebrar su empresa y su negocio, quebrar en el sentido de interrumpir, digo. Es el momento de medidas que tengan más que ver con las ayudas directas, con la reestructuración de deudas de aquellas empresas que tengan más problemas y por supuesto, continuar con aquellas políticas que nos lleven al crecimiento económico”.