Cuando me plantearon realizar este artículo, para publicarse en un día tan especial como el Día Internacional de la Mujer, he de admitir que me entusiasmó. Ahora, que me enfrentó a él y empiezo a escribirlo, he de confesaros que es un honor pero también una gran responsabilidad.
Lo primero que me he planteado ha sido: ¿qué podría aportar a todas aquellas personas que como yo son mujeres, abogados y algunas madres?; y ¿qué podría aportar desde el punto de vista de la experiencia de 30 años dedicada al ejercicio de la abogacía, en concreto, al asesoramiento en procesos de compraventa de empresas?
Todo ello, con el claro propósito de que resulte útil y aporte valor, no resulta tarea fácil; por lo que albergando la esperanza de que pudiera resultar de alguna utilidad, he realizado un ejercicio de retrospección para recordar cuales han podido ser mis errores y alguno de mis aciertos durante mi vida profesional, y compartirlos a modo de decálogo:
- En primer lugar, es importante plantearse y responderse sobre el PARA QUE, y que tu vida profesional y personal esten en línea con ese propósito, esencial para conseguir un equilibrio y para que exista una verdadera coherencia de vida.
- Hay que PLANIFICAR la carrera profesional, no improvisar y no permitir que sean los acontecimientos y las circunstancias del momento las que dirijan nuestro futuro y nuestra vida. Muchas veces, nos dejamos llevar por la inercia y, la falta de tiempo nos impide pararnos a pensar sobre si queremos estar dónde estamos y sí podemos/debemos hacer algo para cambiarlo.
- ESTABLECER claramente las PRIORIDADES de cada etapa y distinguir lo importante de lo urgente. Tener una vida profesional y personal plena nos produce grandes satisfacciones, y en mi opinión, no se debe renunciar a una en beneficio de la otra, ya que eso nos puede generar frustraciones en ambos planos o en alguno de ellos. En mi experiencia, no se trata de elegir sino de priorizar en cada etapa y momento.
- Hay que saber elegir muy bien los compañeros de viaje en todos los ámbitos, no solo el personal sino también profesional. Si no existe un PROYECTO COMÚN y VALORES COMPARTIDOS, resulta complicado que se progrese con motivación. El enfrentamiento conduce a poco, siempre da mejor resultado el CONSENSO. La vida nos lleva constantemente al conflicto, y muchas veces es precisamente el conflicto el que nos presenta una gran oportunidad.
- Las mujeres tendemos a pensar que podemos con todo y a veces nuestro perfeccionismo, nos dificulta DELEGAR, por aquello de … “Prefiero hacerlo yo y así lo hago como yo creo que debe hacerse”. La experiencia me ha demostrado que este tipo de actitudes es un error, no solo para una misma que asumes más de lo puedes, sino también porque en el plano profesional, limitas el crecimiento de tus colaboradores.
- Hay que seguir formándose, hay que estar constantemente actualizado en un entorno tan cambiante y competitivo como el sector legal. La FORMACIÓN CONTINUADA es lo que nos va a permitir poder seguir prestando servicios de calidad, de alto valor añadido y aportar soluciones creativas adaptadas a las necesidades de clientes cada vez más exigentes.
- En el mundo actual del Derecho no basta con ser un buen técnico, hay que desarrollar otras habilidades complementarias como comerciales y directivas, formarse en ellas y considerar el NETWORKING como parte de nuestro desarrollo y cometido.
- Hay que HACERSE VISIBLE, lo que no se explica no se conoce.
- Hay que ESCUCHAR ACTIVAMENTE no solo oír, lo que uno mismo explica ya lo conoce, la riqueza esta en lo que te pueden aportar los demás. Las críticas constructivas y los ERRORES pueden ser una gran fuente de inspiración y la antesala de futuros aciertos, sin duda, una gran OPORTUNIDAD DE APRENDIZAJE y MEJORA.
- Y por supuesto, hay que TRABAJAR y esforzarse cada día, las cosas no se consiguen por casualidad ni gratis, hay que fijarse objetivos y metas y trabajar duramente para conseguirlas.
Todo lo anterior, puede resultar obvio, pero en mi experiencia lo obvio no resulta siempre tan evidente, ya que el día nos distrae de lo realmente importante y como se suele decir. “Las hojas no nos dejan ver la inmensidad del bosque”.
Espero con este breve escrito, haber cumplido el propósito inicialmente marcado que no era otro que compartir algunas reflexiones, de una mujer trabajadora, esposa y madre, y rendir homenaje a todas y cada una de nosotras en este Día Internacional de la Mujer.