Carmen Cano de Lasala

Oct 21, 2022 | MujeresIWF

Carmen Cano de Lasala es la actual Subdirectora General de Asia Meridional y Oriental del Ministerio de Asuntos Exteriores de España. Ingresó en la carrera diplomática en 1992, desarrollando gran parte de su trabajo en puestos en el exterior, incluyendo las Embajadas de España en Addis Abeba, Accra y Bucarest. Durante su paso por el Ministerio trabajó en la unidad de desarme y no proliferación. Desde 2002, su interés por Asia le impulsó a solicitar el puesto de segunda jefatura en la Embajada de España en Kazajstán, donde vivió cuatro años. Los últimos catorce años, antes de su regreso a Madrid, ha ocupado los puestos de Consejera política de la Embajada de España en Pekín; Jefa Adjunta de la Delegación de la Unión Europea en Pekín y Jefa de la Delegación de la Unión Europea en Hong Kong y Macao con rango de Embajadora.

Carmen se unió a  IWF durante su estancia en Hong Kong, atraída por el ideal y los objetivos de la organización, así como por   el entusiasmo de las socias en Hong Kong, uno de los pocos capítulos de IWF en Asia y el único dentro de China.

Tu larga carrera te ha permitido conocer culturas muy diferentes, ¿qué destacarías a nivel humano de esta experiencia? 

Ha sido muy enriquecedor, tanto desde el punto de vista personal como profesional, sobre todo porque requiere un aprendizaje constante en cada puesto. No me aburro nunca, ya que cada destino es diferente y ofrece alicientes y  complicaciones. Es un reto continuo en el que acumulas situaciones, experiencias y conocimientos. He sido afortunada al contar con el apoyo de mi familia, que siempre me ha seguido, adaptándose a las condiciones de cada momento. La conciliación no es fácil en este tipo de vida, pero creo que ha merecido la pena.

 
La mayoría de los servicios exteriores del mundo desarrollado se plantean cada vez más el trabajo para mejorar la situación y los derechos de las mujeres y promover su liderazgo ¿qué sentido tiene hablar del enfoque de género en la diplomacia? 

Es un enfoque fundamental. Una sociedad moderna no puede desarrollarse si las mujeres, la mitad de la población, se queda al margen de los procesos de toma de decisiones. La situación en Afganistán nos recuerda cada día que la protección de los derechos de las mujeres es parte ineludible de la defensa de los derechos humanos. He visto como la mujer es motor de cambio en sociedades tan dispares como Etiopía o Hong Kong. Nuestra participación en la vida laboral y empresarial tiene un impacto económico notable: baste recordar el sistema de microcréditos o los esfuerzos por romper tabúes e incorporar a mujeres cualificadas al mercado laboral de países como Japón o Corea. Además, la ´´Agenda sobre Mujeres, Paz y seguridad´´, a la que cada vez se presta más atención desde los organismos de Naciones Unidas y desde la OTAN, tiene en cuenta la perspectiva de género en la prevención, gestión y solución de los conflictos armados.