La tecnología juega ahora más que nunca un papel importantísimo para el control de la pandemia, al frente de la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial esta nuestra socia Carme Artigas que confía en la cooperación tecnológica a escala nacional y europea para vencer al COVID-19.
“Nunca habríamos imaginado que parte de las cosas que nos habíamos propuesto hacer en 4 años, tuviéramos que sacarlas adelante en 15 días”. Carme Artigas llegó a la recién estrenada Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial a principios de año. Sin apenas tiempo para tomar posesión del cargo y establecer las líneas generales de la legislatura, el COVID-19 alteró todos los planes y obligó a pisar el acelerador.
En plena expansión del coronavirus, la Secretaría de Estado que encabeza Artigas contribuyó para que viera la luz la aplicación Asistencia COVID-19. Con el objetivo inicial de descongestionar los teléfonos de atención específicos, permite hacer un primer autodiagnóstico. Con esa información, recopilada de forma anónima, el usuario es derivado a la atención sanitaria correspondiente.
Ha llegado el momento de aplicar estas tecnologías a la compleja heterogeneidad de la desescalada. Durante la transición hacia la nueva normalidad, Artigas ensalza la relevancia de aquellas aplicaciones que contribuyan a la toma de decisiones basadas en datos “y garanticen su aplicabilidad y funcionamiento entre los distintos territorios”. Para ello, han establecido un grupo de trabajo que permite definir la situación de cada autonomía y discernir entre necesidades comunes y específicas.
Un paso más allá, la Secretaría de Estado trabaja para que esto sea posible a nivel europeo. Aunque las distintas casuísticas dificultan un acuerdo común, Artigas afirma que la apuesta de España es la de lograr una solución europea “conjunta e interoperable” que permita el intercambio de datos anónimos entre los distintos modelos que actualmente conviven en el continente.
El objetivo es crear una herramienta tecnológica de trazabilidad de contactos. “Actuaría como complemento a otras medidas. Si finalmente lográramos implementarla, resultaría especialmente útil cuando aumenten los movimientos. Nos ayudaría a evitar futuros rebrotes del virus”, detalla Artigas. “El dato es uno de los principales activos del siglo XXI. Trabajar con otros países para disponer de toda la información disponible es esencial para controlar la pandemia y analizar la realidad de manera eficaz y segura, garantizando la privacidad y la protección de datos de la ciudadanía”.
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